Unas 200 personas, entre ellas miembros de la Casa Real Saudí, una princesa alemana y destacados empresarios pagaron 1.600 euros para una cena con concierto íntimo de Julio Iglesias en un hotel de Estepona (Málaga). Otros ofrecieron 5.000 pero se quedaron fuera por falta de plazas.
En esta fiesta, celebrada anoche, la mujer del artista, Miranda, se movía al ritmo de la música desde la silla en la que siguió la actuación junto al presidente del grupo turístico Globalia, Juan José Hidalgo, y el periodista Fernando Onega, entre otros.Repartidos por el resto de mesas estaban "la creme de la creme" y "celebridades" de hasta 17 nacionalidades que se rascaron el bolsillo para tan exclusiva noche en "Las Dunas Beach Hotel & SPA", un cinco estrellas gran lujo de la Costa del Sol.
"Si se van esta noche y hacen el amor en vertical, el año que viene les cobraremos más", dijo a los asistentes. Son las cosas de Julio, que casi para despedirse afirmó que no canta por dinero: "canto porque si no canto me muero, porque me siento bien en mi casa, que es el escenario", sobre el que lleva 40 años. Y afirmó que su corazón es España y su cabeza, el Universo.
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