jueves, 23 de agosto de 2007

Luis Reyna: El Can Cerbero de Maradona


No es poca cosa lo que le debe la historia del fútbol al supuesto mejor amigo del hombre, el perro. Más aún, por ser el balompié una guerra ritualizada, el lenguaje ha ido acumulando algunos elementos propios del género canino. El término más utilizado es el de cancerbero, que se aplica al futbolista de vocación defensiva que sólo entra a la cancha para marcar a un adversario, sin despegarse nunca de él. Esto me trae a la memoria el caso emblemático del futbolista peruano Lucho Reyna, quien en 1985 consiguió borrar del campo a Diego Armando Maradona cuando éste iniciaba el mejor periodo de su carrera deportiva.
En dos partidos eliminatorios, disputados en Lima y Buenos Aires, Reyna fue digno discípulo del can Cerbero, el perro de Hades que en la mitología griega celaba ante las puertas del infierno. Maradona apenas tocó la pelota y, como los mastines no siempre ganan pese a destrozar a sus víctimas, Argentina igual se clasificó para la Copa del Mundo de 1986 por una afortunada maniobra del destino.

Para ser un perro de presa, obviamente, no hacen falta habilidades especiales con la pelota en los pies. Sólo se necesita disciplina y un poco de picardía para jugar al filo del reglamento, arte que en realidad no dominan demasiados jugadores, sino que se lo pregunten al ariete peruano Franco Navarro que en el mismo partido partido sufrió una criminal agresión por parte del argentino Camino que le entró en plancha en las narices del colegiado provocandole una lesión que lo mantuvo 8 meses alejado del fútbol y que según mi modesto criterio destrozó su brillante carrera deportiva pues nunca más volvió a ser el jugador decisivo que era en 1985.
He leído en estos días muchas crónicas de la época sobre la actuación de Lucho Reyna y de la que para muchos (incluído yo) fue la última gran selección peruana, pero me quedo con la escrita por Jaime Pulgar-Vidal Otálora, la misma que reproduzco literalmente a continuación.
"En 1985, Perú participaba en una nueva eliminatoria enfrentando a Colombia, Venezuela y Argentina. Con dos clasificaciones consecutivas a cuestas, todos esperaban que la selección peruana pudiera llegar al Mundial. El rival más duro parecía ser Argentina, sin embargo al que no se pudo vencer fue a Colombia. Para ganar y luego empatar con los albicelestes fue vital el arma dispuesta por Roberto Challe: la marca de Luis Reyna sobre Diego Armando Maradona.
Una derrota ante Colombia en Bogotá, un pálido triunfo ante una débil Venezuela en San Cristóbal y un pobrísimo empate en Lima ante Colombia dejaron como saldo la salida de Moisés Barack como entrenador peruano en las eliminatorias para México 86.Para el siguiente encuentro, el del 16 de junio de 1985 ante Venezuela, en el banco estaba Roberto Challe y en la cancha el mismo espíritu que el técnico volcó en sus jugadores: aquel del niño terrible, pícaro y travieso. Esa tarde, Perú goleó a los venezolanos por 4-1. Hasta aquí, es interesante señalar que en la nómina titular de Challe y antes, en la de Barack, no figuró Luis Reyna.El volante rimense, que en los partidos por su club cumplía no sólo en la marca sino también en la creación, se convirtió en la mayor travesura que el técnico ideó para jugar los dos últimos partidos de la eliminatoria.
El rival de esos dos encuentros era el mismo: la selección argentina de Carlos Salvador Bilardo. Aquella, que un año más tarde se convertiría en campeona mundial. En ese equipo figuraba como capitán, estrella, creador y cualquier otro sustantivo posible, Diego Armando Maradona. El diez argentino llegaba a Lima a jugar por primera vez contra una selección peruana a nivel absoluto.El 4-1 ante Venezuela y la presencia de Maradona en el once argentino hicieron que el estadio Nacional tuviera la tarde del 23 de junio un lleno total: 45 mil espectadores que se deleitaron no sólo con el juego sino también con la presencia de un coro.En la alineación peruana de por aquel entonces figuraban en el mediocampo Velásquez, Cueto y Chirinos o Uribe; dependiendo de si se era visita o local. Sin embargo, durante toda la semana, Chale no sólo pensó en su equipo sino también en el rival y sabía que Argentina era Maradona y otros diez más. Así que decidió jugársela por una fórmula jamás ensayada hasta entonces por equipo peruano alguno: poner a un jugador que se encargase no sólo de marcar al diez argentino sino sobre todo de obstaculizarlo y dejarlo anulado. El elegido fue Luis Reyna.Ya al minuto y medio del partido las cámaras que tomaban el juego se dieron cuenta de la estratagema que Chale había urdido en contra de Maradona y empezaron a seguir el duelo. Lo normal era que el peruano sujetase al argentino de la camiseta.La marca no sólo fue cuando atacaban los visitantes. Por ejemplo, en un tiro de esquina para Perú, Maradona esperaba por un posible contragolpe y Reyna esperaba para evitarlo. Cuando el argentino casi se escapa, al peruano no le quedó otra que abrazarlo y hacerlo trastabillar. Segundos después, en un tiro libre en salida para los de Chale, Maradona pateó la pelota para hacer perder tiempo o protestar por la marca ya que luego esbozó una sonrisa de aparente fastidio. Se jugaban casi tres minutos de juego y el mejor jugador del mundo de ese entonces ya se había dado cuenta de que iba a pasar toda una tarde al lado del 17 de Perú.Pero en el partido había otras estrellas como Franco Navarro y César Cueto que quiso sorprender a Fillol. Mientras Perú intentaba llegar a la portería rival, Reyna trataba de impedir que Maradona lograse llegar al arco de Acasuzo. Cuando el argentino iba por la izquierda, Reyna le impedía el paso tomándolo y sólo lo soltaba cuando por allí aparecía el árbitro Hernán Silva de Chile.Aunque parece que ya se llevasen jugados más de 30 minutos, todo lo que hasta ahora hemos contado ocurrió en siete, el tiempo que le llevó a Perú anotar su único gol. Juan Carlos Oblitas culminó remates previos y se fue corriendo a celebrar cuidando de que no se le caigan los lentes de contacto.
Parece que el gol molestó más de la cuenta al argentino que ya soltaba con fuerza el brazo con el que Reyna lo tenía tomado casi desde el comienzo del juego. En ese momento, el arco rival pasó para Perú a un segundo plano, y casi todo fue evitar que Argentina lograse el empate y sobre todo evitar que Maradona tomara la pelota. Por ello, aún en momentos en que Perú tenía el balón, Reyna seguía al argentino.Es interesante anotar que la marca no sólo evitó el lucimiento del argentino sino sobre todo el juego fluido de la visita. Por ejemplo, en una jugada Clausen llevaba la pelota, levantó la vista, lo ve a Maradona pero Reyna lo hace caer. Obstaculizado el diez, Clausen ya no sabe qué hacer con el balón, cae y la pierde.Pero no sólo fue Reyna el que evitó que Maradona tomase la pelota con libertad. En algunas jugadas el Pelusa se escapó tomó el balón pero ahí cerca estuvo Hugo Gastulo para rechazarla a cualquier parte.Para evitar posibilidades como aquellas, el 17 peruano endureció la cosa por momentos al punto que el árbitro chileno tuvo que llamarle la atención.Después de esta advertencia, Reyna volvió a relajar el asunto y se acercaba sólo cuando el juez no estaba por ahí. Sabía que más de una de sus acciones podrían ser motivo de tarjeta, por lo menos amarilla, así que había que cuidarse. Al que no le interesaba cuidarse tanto era a José Velásquez que también se dio tiempo para cometerle falta al diez argentino.Iban 17 minutos de la primera etapa y Reyna seguía a Maradona hasta en los cobros de tiros de esquina. La marca no sólo era pegajosa, fue total. Si se considera al fútbol como un deporte en donde, a través de la creación de jugadas se obtiene la posibilidad de anotar goles, es claro que el rival debe encargarse de impedir esta creación. Pero aquella tarde Reyna no sólo anuló a Maradona como jugador, lo exasperó como ser humano quitándole la concentración para desarrollar su juego. Fue una marca jamás vista, hasta ese momento no hubo patadas ni zancadillas, algo visto como normal en el mundo del fútbol.Muchos años estuvo Reyna sin hablar acerca de la marca que realizó sobre Maradona. Aquel día de junio de 1985 el peruano sólo tocó dos veces la pelota con propósitos constructivos. En el resto del encuentro todo fue destruir sin faltas llamativas.Hubo faltas cometidas a la otra estrella del partido, César Cueto, que fueron más llamativas pero más comunes en el mundo del fútbol. Lo que diferencia esas jugadas con la marca de Reyna con Maradona es que hasta el minuto 24 el peruano no había tocado el balón para dar un pase. Era pura destrucción.Al argentino sólo le quedaba tocar la pelota en los tiros libre, porque en el resto del juego estaba marcado o caído en el gramado. Tomarlo del brazo o por la espalda cuando el juez no estaba cerca era el arma utilizada. Había que soltarlo un poco cuando Hernán Silva se acercaba.En todas las situaciones posibles, Reyna estuvo con Maradona: en los contragolpes argentinos, cuando Perú la tenía y cuando el albiceleste la quería. Aún en los momentos en que el diez quería cobrar un tiro libre: Luis Reyna parece haber olvidado que debe estar a nueve metros quince de la pelota y no quiere alejarse del rival.El público, que había ido ver a Perú y a Maradona sólo consiguió lo primero y con creces. Mientras el argentino era anulado, Cueto se encargaba de hacer lujos ante el mismísimo diez.La jugada que describimos a continuación sea una de las que más enojó a Maradona. El argentino tomó el balón y la soltó rápido esperando la devolución. Reyna no reaccionó a tiempo y sólo atinó a jalarle el cabello. No lo vio casi nadie, entre ellos el árbitro.Lo que si vio el chileno fue cuando Reyna derribó desde atrás a Maradona. Fue el momento en que el peruano se ganó la tarjeta amarilla. Instantes después, es el argentino el que empuja apenas a Reyna para tratar de sacárselo de encima lo que no conseguirá nunca. Luego, el argentino vuelve a caer tras falta desde atrás del peruano. El juez cobra pero no dice más nada.El minuto 42 de la primera etapa es más que anecdótico. El mediocampista peruano hace su primer pase. La pelota la había interceptado instantes antes y la soltó rápidamente recordando, tal vez, que su misión en ese partido era diferente a la que cumplía en Cristal. Así llega el final de la primera etapa.En el segundo tiempo se notará cierto cansancio de Reyna, además que el peruano se cuida un poco para evitar ganarse la tarjeta roja. Y aunque la marca fue dura, el peruano nunca lesionó al argentino. Casi todos recuerdan el duelo Reyna – Maradona, pero nadie, tal vez ni el mismo argentino, tendrán en la memoria que Rubén “Panadero” Díaz fue el único que se encargó de hacer salir al argentino del campo. Tras la falta, y en el momento del tiro libre Reyna tenía tomado a Maradona pero después el Pelusa debió salir cojeando. Algo más de un minuto estuvo Maradona fuera del campo. En esos instantes se nota que un jugador peruano casi deambula por el campo sin saber qué hacer: es Reyna. Cuando el argentino retorna al campo, alguien se encarga de recibirlo en el borde del terreno de juego: de nuevo es Reyna.En el minuto cinco de la segunda etapa, Lucho Reyna realizó su segundo pase. Incluso tuvo que escaparse de la marca de Maradona para tomar la pelota y entregarla. Ya para ese momento, la marca se ha relajado más por cansancio que por alguna indicación desde el banco. Incluso Diego Maradona se escapa, realiza una jugada, una de las pocas, y termina rematando desviado.Minutos después y luego del ingreso de Julio César Uribe en lugar de Gerónimo Barbadillo, Maradona vuelve a escaparse, Reyna no puede marcarlo, con lo que el argentino envía un centro que Valdano no puede aprovechar. Fue la ocasión más clara que tuvo Argentina.Maradona se dio tiempo después para intentar algunos lujos por lo que Reyna tuvo que volver a ponerse duro y sujetar a Maradona como pudo. Era tal el seguimiento del peruano que incluso luego de hacerlo caer lo ayudaba a reincorporarse.Estas nuevas jugadas de Reyna terminaron por agotarlo. Jorge Olaechea debió acudir en ayuda para anular al argentino. El cansancio se hace tan duro que Roberto Chale ordena el cambio de Reyna. En el minuto 31 del segundo tiempo, Javier Chirinos ingresa en su lugar. Ahora es Olaechea el que se encargará de la marca. El duelo Reyna – Maradona había terminado en Lima y once años después, en Buenos Aires, un programa de la televisión argentina se encargaba de actualizarlo, hablando con el mismo Maradona.En esa entrevista Maradona declaró: “Me tomó del pelo y me agarró el culo y después llega a mi casa un parte de Reyna invitándome a su matrimonio. Me pareció el colmo…”. Reyna, por su parte, aclaró que él no lo invitó al matrimonio. Aclaró que alguien que recibió su parte de matrimonio se lo reenvió a ;aradonaEntre el partido jugado en Lima y el que se realizó una semana después en Buenos Aires la polémica en torno a lo hecho por Reyna se desató en todos los medios de comunicación de Lima. Un sector de la prensa, tal vez el mayoritario, estuvo en desacuerdo con la marca; mientras que la minoría, alentó al peruano. Tal vez lo que pasó en el minuto once del primer tiempo del choque de Buenos Aires dio la razón a los segundos. A Maradona no se le podía dar ni un centímetro.
El 30 de junio, Perú y Argentina se volvían a ver las caras, esta vez en el estadio Monumental de River Plate. A los albicelestes les bastaba un empate para llegar a México 86. Perú debía lograr el triunfo. La estrategia planteada por Chale fue muy parecida a la realizada en Lima: marca de Reyna sobre Maradona, pero esta vez algo más relajada. El brasileño Arphi Filho era el árbitro y sabía lo que podía ocurrir con estos dos jugadores. Así que en el banco peruano sabían que era mejor evitar una tarjeta amarilla tempranera sobre Reyna. En el minuto once Maradona se escapó de la marca, centró y Pasculli anotó el primer gol argentino. Parecía ser la revancha del diez que quería ganar a toda costa ya que había culpado sólo a Reyna por la derrota Argentina en Lima.
El duelo entre Reyna y Maradona quedó opacado por la aparición de otras grandes estrellas. Éstas, vestidas con la blanquirroja. Cueto, Velásquez, Barbadillo y Uribe jugaron un gran partido.
En el minuto 24 José Velásquez anotó el gol de empate.Diez Minutos después Jerónimo Barbadillo puso adelante a los peruanos.En la segunda etapa, y a falta de diez minutos, Gareca puso el empate que le dio la clasificación a los argentinos. En el Mundial de México Maradona pudo olvidarse de Reyna y se convirtió en el rey dándole a los albicelestes su segundo título mundial.Esta historia bien podría terminar aquí, pero Reyna y Maradona volvieron a verse las caras dos años después. Fue en el Monumental de Núñez durante la Copa América de Argentina en 1987. En aquel encuentro el argentino marcó el 1-0.El empate lo anotó diez minutos después Lucho Reyna. Aquella tarde no hubo marca personal sobre el argentino. Aquella tarde Reyna fue el mismo que brilló en Cristal y luego en Universitario. Aquella tarde la recuerdan todos menos Maradona. Y es que el argentino quedó molesto con Reyna tal vez porque en el mejor momento del Pelusa evitó que lograse una victoria clara sobre Perú. Tres veces jugó Maradona contra Perú. Tres ocasiones en que Reyna estuvo al frente del diez argentino. En el primer encuentro lo anuló usando todas las armas. En el segundo encuentro, Maradona fue opacado por grandes estrellas como Cueto y Velásquez. En el último, fue el mismo Reyna el que se encargó de demostrarle al argentino que era capaz de jugar y anotar.Nunca Maradona pudo ganarle a una selección peruana. El jugador argentino ha sido sometido a todo tipo de marcas, incluso a algunas que han terminado por lesionarlo de gravedad. Nunca tuvo al frente a un jugador que logró exasperarlo dentro de una cancha de la misma manera en que se exasperaba fuera de ellas, disparando, por ejemplo, contra periodistas. Tal vez sea esto lo que ha hecho que Diego Maradona olvide que es mejor ser anulado sin faltas agresivas que terminar un partido saliendo en una camilla antes de los noventa minutos de juego."

No hay comentarios: