lunes, 7 de enero de 2008
Así no es NO, SEÑOR GARCÍA
Coincido plenamente con Julio Pérez, líder de La Sarita, en cuanto a la condecoración que recibió el cantante Gianmarco. Esta vez no es en contra de ninguna acción del artista peruano, sino de la decisión del presidente de la República del Perú, Dr. Alan García Pérez, de realizar lo que aparenta un muy buen acto, entregándole al cantautor limeño la máxima condecoración que otorga el gobierno peruano, por el mérito de haber organizado una obra benéfica en favor de las víctimas del terremoto de agosto último en el sur peruano.
Lo que está muy mal, primero, es que dicha condecoración se le entregue a una sola persona cuando han sido muchos, al igual que instituciones, los que han organizado obras en beneficio de nuestros hermanos del sur. Debería explicar abiertamente el presidente peruano cuál es la razón que lo llevó a premiar a Gianmarco y no a otros que, incluso, antes que él, habían hecho obras para ayudar a los más necesitados por el movimiento telúrico.
Si llevar a cuarenta mil personas al estadio es la medida, habría que saberlo. Si llevar a artistas de la talla de Juan Luis Guerra o Alejandro Fernández es la meta, habría que saberlo. Si posar en la foto al lado de un conocido y carismático artista es la razón, habría que saberlo.
Todo coincide cuando la popularidad del mandatario ha descendido a 38.5% en una de esas encuestas o, lo que equivale a decir, que su descenso de aprobación fue de 13.4%, muy aparte de lo que el veterano parlamentario aprista Luis Negreiros diga. Don Luis, usted sabe de sobra la fórmula cuando hay problemas, "al pueblo pan y circo".
UNIDOS
No hubo nadie en el Perú antes que Sammy Sadovnik y quien suscribe hiciéramos pública una historia cronológica de los eventos en que la música -a través de los años- había ayudado a llevar socorro a lugares en donde, por alguna razón u otra, había quedado gente damnificada. Esos eventos, prácticamente, comenzaron la noche del 1 de agosto de 1971, en el Madison Square Garden de Nueva York de manos del beatle George Harrison y el musico indio Ravi Shankar. Fue llamado el Concierto para Bangladesh.
En 1985, en plena fiebre del Band Aid y USA for Africa, Sammy Sadovnik y quien suscribe gestamos, aún muy jóvenes, una obra en beneficio de los niños huérfanos de Ayacucho, departamento en los Andes peruanos, que era el centro de la guerra terrorista que azotó al Perú en la década del ochenta. La obra, que incluyó a 41 cantantes, cuatro músicos y un director, se efectuó con la ayuda de la Asociación Emergencia Ayacucho, un grupo de desinteresadas señoras cuya institución vendió 30,000 copias del disco "(Un Canto) Para el amor dormido", composición de José Escajadillo Farro. Lo recaudado fue recibido por Monseñor Federico Richter Prada, en ese entonces, Arzobispo de la diócesis de Ayacucho, cargo que había asumido en 1979.
Casas-hogares en Huanta, Tambo y Huancapi, fueron acondicionadas con el dinero que se recolectó con la venta de los discos. A diferencia de muchos, de aquí y de allá, aquella vez, nadie, absolutamente nadie, ni artistas ni productores, cobramos un centavo por hacer nuestra parte. Ya no están Eloísa Angulo, Ernesto Samamé ni "la Cholita Linda del Perú", Alicia Lizárraga, para ser testigos, pero sí, muy afortunadamente, doña Jesús Vásquez ("La Reina y Señora de la Canción Criolla"), Edith Barr, Roxana Valdivieso, Carlos Guerrero, Chachi Luján y "el Rey de la Nueva Ola peruana", Pepe Miranda, entre muchos más, que desde el primer instante acudieron al llamado. Luigi Montagne y Mache fueron pioneros de esa causa. Y todos estuvieron en el estudio cada vez que se les solicitó.
El presidente era el mismo; la obra era más arriesgada pues, con la música, declaramos nuestra posición en contra de la insanía de los salvajes; no teníamos 37 años y gran publicidad, sino 19 y 24, pero, por alguna razón que no entiendo, el presidente no nos hizo caso.
Ya pues. Ahora, sea usted justo y reparta las condercoraciones a quienes, al igual que Gianmarco, han ayudado al Sur (si es que ese es el precio de la máxima condecoración que otorga el gobierno del Perú). A modo que tenga usted alguna razón que nosotros no conozcamos, y sea solo una cuestion de preferencia en tomarse la foto con Gianmarco y no con Julio Pérez. Así no es.
Javier Lishner
Santa Clara, California
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