jueves, 17 de enero de 2008

Bread & Butter: Víctimas de la Moda invaden Barcelona


Gente y más gente. El primer día del Bread & Butter, la feria internacional dedicada a las últimas tendencias en moda urbana, arrancó con un pleno absoluto. Una hora antes de que el certamen de invierno abriera las puertas, las colas fuera del recinto eran kilométricas. Y ver a los que las hacían servía mejor que cualquier revista para enterarte de qué es lo último en el mundo fashion.
Casi un millar de firmas (en concreto 954 marcas) exponen sus apuestas más innovadoras para la próxima temporada. Esta mañana, los cerca de 100.000 metros cuadrados de la Fira de Barcelona han quedado pequeños. La organización espera superar los más de 90.000 visitantes que pasaron por la feria en la edición anterior.
En el Bread & Butter hay gente de todo el mundo. La organización ha puesto en marcha un dispositivo especial de acogida en más de 30 idiomas. Y lo cierto es que encontrar a alguien que hable castellano lleva su tiempo.

Tommy Cole tiene una pequeña tienda en el barrio neoyorquino de Brooklyn. Aprovecha la feria para empaparse de nuevas ideas y exportarlas al otro lado del Atlántico. Santi, un joven diseñador que reside en Barcelona, aprovecha la B&B para lucir sus prendas. El pantalon negro y la sudadera con lentejuelas que lleva lo ha diseñado él mismo.
Yuki Okura ha venido de Japón, Karl de Alemania y Hugo de Portugal. La representación española también está presente, con profesionales de todo el Estado. Y entre todos los países, un denominador común: todo el mundo trata de demostrar su originalidad o su extravagancia con el modelo que lleva.
Salir con las manos vacías de la Bread & Butter es difícil. Cada marca se intenta imponerse al stand del lado. Las firmas quieren que los visitantes, en su mayoría diseñadores, propietarios de tiendas o empresarios de la moda en general, retengan sus creaciones en la retina. Para conseguirlo, hay varios trucos.
Casi todos los stands coinciden a la hora de regalar bolsas de tela promocionales, con el logo de la marca y, a menudo, con folletos informativos en su interior. Otros usan el clásico sistema de llenar al visitante de revistas, dossiers y tarjetas.
¿Se debe al radical chic que marcas como Replay construyan su stand siguiendo lo que los periódicos llaman "estética okupa"? De nombres como Levi's poco se puede decir, porque, a pesar de los cinco controles de identidad que pasa cualquiera que cruce el recinto ferial, exigen cita previa para visitarlos. Todo por evitar los estragos de la piratería.

Los más atrevidos ofrecen música en directo (esta mañana había la actuación de Sidonie), una copa o hasta un pequeño obsequio. Llevar algún personaje conocido, como el cocinero con estrella Michelin: Carles Gaig, que esta mañana estaba en un stand, también es una forma diferente de llamar la atención al público.Como caseta de lujo, la de Pepe Jeans para su colección inspirada en Andy Warhol. Ocupa todo el pabellón Mies van der Rohe, que ha recibido un tratamiento Factory, cojines plateados volantes incluidos. Por la noche, fue escenario de una de las muchas fiestas que tomaron la ciudad condal.

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