"El video aparenta ser una postal romántica con la clásica pareja en la playa, pero en realidad puede ser hasta una pesadilla. No pasa lo que literalmente se está diciendo, porque no es bonito", había advirtido el cantante boricua de rimas filosas.
Es que el video no es apto para personas impresionables o que no toleran las escenas de violencia, ya que hay tanta como en un filme de Quentin Tarantino.
Todo empieza en una deliciosa playa donde el líder de la agrupación, Residente, aparece con una hermosa mujer corriendo en la arena y disfrutando del sol en un romántico ambiente. Este efecto mágico se rompe cuando repentinamente un delfín de peluche ataca a la pareja con un arma de fuego. Literalmente les dispara a quemarropa.
Según los medios internacionales, al momento de la grabación, Residente sostuvo que “lo que escuchas en la canción no tiene que ver con lo que estás viendo desde el punto de vista artístico. El video aparenta ser una postal romántica con la clásica pareja en la playa, pero en realidad puede ser hasta una pesadilla”.
Luego de las fuertes y sangrientas imágenes, en las que el protagonista llega hasta perder un brazo, sale una leyenda que intenta explicarlo todo: “1 año, 23 mil delfines muertos. Algún día se tenían que vengar”.
La sangre esta esparcida por todos los lados durante el video, mientras el cantante tiene una discusión de pareja con la actriz en una playa de Hawaii.
Eso si, hay que destacar que la sangre no es roja sino rosa, hecho este que cambia el panorama, el video si es violento y puede resultar muy desagradable, pero este toque le da un tono de humor negro. El vídeo ha sido dirigido por Alejandro Santiago Ciena
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